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A las 6 y pico

Vientos del Sur

Vientos del Sur

El viento del Sur vino a refugiarse
donde no quedaba tierra ni refugio…
¡En el corazón de nadie!
Ahora yo, habito en su sangre.
¿ Pero quién podría vivir
en el corazón de nadie?

**
Sólo tú me conoces,
Viento del Sur,
Calor,
Desborde equívoco,
como en la siembra
De un túnel,
Aguardo tu regreso.
Oscuridad,
Calor en el agujero,
En la cerradura,
Te espero.
De esa habitación
A la que los tontos
Le llaman sueño.
Y yo le llamo regreso.

***

Cuando Nadie fue a la guerra,
ya a nadie le interesaron las batallas.
(Fin de otra guerra más sin palabras)

**
Sin enemigos no marcha el mundo,
ni cambiaría de mancha,
ni de flor marchita,
ni de costura sin grieta,
¿Pero sin bayoneta ?
A quién le interesará una bala más,
Una solitaria bala en una mala cabeza.
Ahora comprendo…
Por qué de tantos refugios al desnudo,
En la desnudez del mundo,
En mi futuro,
En el nuestro que aún no molesta.

**
MI GUITARRA

Si alguien me hubiera dicho...
¡Corre que ésta es la tuya!
Pero yo sólo veía un hombre y una laguna,
una sombra y un salto de paloma.

A donde venden las barandas
yo le llamo barbería.
Pero... ¿Y dónde vendieran las almas
cómo le llamaría?

Los restos de museos son mis preferidos,
por allí nadan los colores de los pintores sin juicio.
¿El Viento del Sur podrá detenerme,
o habré escogido mal el camino?
¿Amarillo o verde de nuevo?
Verde o amarillo sería...

Porque las guitarras siempre lloran en silencio;
mientras la mujer da dos golpes, el hombre
da uno y medio,
y ese medio lo da en el corazón de nadie.

Seis cuerdas tenía mi guitarra
y un gran sexo en el aire...!

Por una vereda venía
y me volví a por el camino más ancho
la vieja soledad en una mano
y la otra aún ni existía.

Seis cuerdas tenía mi guitarra
y de una en una
de niño las cogía...
Baranda mía,
Guitarra,
Mil y una noches de Luna...

**

DEL COLOR VIOLETA

Quisiera revocar el equívoco,
tierra, infortunio, asadura.
Quisiera revocar las manos.
y el lamento adelantado.
Mientras me levanto
leo en un par de diarios
la misma imagen
con la cara destrozada;
la violencia le llaman
en un solo corazón solitario.
Caracola de muerte,
y una rama, en el puente se teje
en su aniversario marchito.
Violencia de género mal llamada.
Violencia humana desde cualquier abismo,
sangre derramada de color de la sangre
violeta en los labios violados.

**

No veo el mar en la nube,
no lo veo.
Sólo veo un cielo y el tiempo;
un elefante y un caracol gigante
delante.

No veo el cielo en la nube,
no lo veo.
Sólo veo cinco gigantes
y una amenaza en silencio...

**

Las coordenadas no las dieron exactas.
Sólo encontraron el cuerno del rinoceronte,
la memoria de todos los elefantes,
y el marfil sin ojos...
dentro, el ébano solitario de una noche...

¡Pero África no debía de estar tan lejos... !

**


A MI PSIQUIATRA

La Soledad se cura cuando se juntan dos
que sufren de lo mismo.
(¡Y no me pasó factura!)

**

Quisiera regalarte el mar
que llevo entre mis brazos.
Quisiera regalarte el mar
y un puñado de barcos.
Quisiera regalarte el mar
y este mástil solitario.

Por si no hay mañana,
ni agua ni tierra donde refugiarnos.

Por si no hay más agua,
quisiera regalarte el mar
y estas manos que sólo saben a lágrimas.

Quisiera regalarte el mar
sin el camino azul
por donde el pez se marcha.

**

¡Dejadlo a su aire…!
El Viento del Sur trae arena y hambre.
Hambre del Sur
y arena de su carne.

**

Fui soledad en una esquina del mar.
Fui soledad y cargamento de naufragio.
Fui soledad hasta que tus ojos me miraron.
Fui soledad y ahora miro al mar
y lo veo como solitario…

**

Dejadme el mar.
Dejad el mar que me venga.
Lo esperaré sin lengua.
En mi sombra de tu sombra

Dejadme en el mar
O dejadme en el viento
sin pensamiento.

**

¿Recuerdas...?
¿Quién gritó primero
la estrella o el cielo,
tu sexo o el miedo
tu corazón o el silencio?
¿Aún recuerdas?
¿Te acuerdas?

**

Háblame del miedo,
Compañero
Háblame del miedo.

Miedo le tengo al silencio,
Compañera
Sin temerle al miedo.
........

¿Cómo si no fuera por la vida
iba a hacer yo tantas preguntas?
O como si fuera por la tuya,
o por cualquier otro golpe de estado
o de ánimo.

**

Mira Luna
y primero dime…
¿Quién partió tu corazón
en cinco pedazos inservibles ?
¿Quién puede partirse sólo en uno
y echarse en los brazos de nieve?

Mira Luna
y luego dime…
¿si el amor es libre?

**

¡AHORA... HABLAME TÚ, POESIA!

¿Me devolverás a mi sitio,
al camino por donde venía...?

¿Me devolverás a mi sitio,
sueño,
tú,
melancolía?

¿Me devolverás a mi sitio,
a mi tierra medio partida?

¡Blanca, verde,
o verde y blanca;
como el color de la saliva,
o como el sabor de su mejilla.

¿Me devolverás a mi sitio,
para seguir por donde venía...?
¡Tras el corazón de la verdad,
a la memoria de la mía !

¡Ahora... háblame tú, poesía!

* *

TE QUISE AZUL

Te quise azul,
como ese beso que nos pasó rozando;
pero te quiero azul,
ahora sin tiempo y sin agua.

Te quiero azul
porque te llevo azul
y no me canso de buscarla.
Te quise azul,
pero te quiero tanto
que se me escapó del alma,
o como aquel verso que se me perdió en Granada.

Te quiero azul,
aunque te lleve en mi garganta.

***

VIENTO LIBERADO

Me liberé de las ataduras del viento para ti,
me arrojé en su vórtice de colores...
Sueños, dolor, hambre.
Hambre de amor en el camino del hospedaje.

Me arrojé en ti, y en ti asentí
como pájaro inerte liberado,
como tortuga gigante que desova
en el verde de los árboles.

Pero el viento crecía y la vez se diluía
en ese arroyo del océano.
En ese azul diferente,
entre ese ejército de nubes,
y esos ojos inundados.
Quizás presagio de otros paisajes,
asesinados por la soledad
en el atardecer de los parques.

Liberé el viento para ti,
para que coincidiera con el silencio y la verdad
de dos viejos corazones.
..............
Nunca busques la libertad
mas allá de los que te aman de verdad.

* * * *

EN LA RAIZ DE TU CORAZON

No hay barca pequeña
sin salvamento grande.

En tu cuerpo me pones
los ríos sin nombre
y tu alma me pide
la raíz del hombre.

Y yo solo quiero
navegar por tu pecho,
acariciar tu pelo
mientras me desnudo
y abrir en mí mi sed por ti.
Y volver a navegar
y a recoger tu cuerpo;
entre ese silencio del sexo,
bajo tu piel de ébano
hundido en la noche.

Ahí detrás de ti,
donde nunca me colocas,
detrás de tu paréntesis,
en la oscuridad de tus ojos,
donde nunca vi duda ni rostro
ni opción para el fracaso.

Aquí, donde nunca me equivoco
en el lado de tu corazón,
donde se pierden mis ojos.

* * * *

BLANCA ES MI NOCHE

Me perdí entre mis sueños donde no encontraba las palabras,
donde el amor nunca se acercaba
más que a dos balas de distancia,
en esa distancia de los sueños
donde no hay pasos,
solo el tiempo que pasara,
contado con los siglos con los que cuentan las almas.
Sólo la herida
de no saber el porqué de una tristeza mal herida,
cuando la felicidad me estaba abriendo las puertas
con bocanadas de aire,
con la sangre de unos labios,
en un cielo sin despertar.

Me perdí entre mis sueños,
Entre cualquiera de ellos.
Pero hoy he vuelto a soñar en ella,
a despertar en ella.
En mi salvación.
En ella.
En mi blanca noche de nieve.
Por ella.

* * * *

Ojos negros tiene mi herida,
ojos azules la sal.
Ojos negros tiene mi herida
y un corazón de azafrán.

* * * *

VIVIR SIN CORAZÓN
(POR UN INSTANTE)

El viento azul se la llevó,
el tiempo azul de una rosa.
El aire que me paró por un instante.

Que venga tu corazón, aire.
Que venga mi corazón.
Siete letras tienes en el aire,
siete tumbas tengo yo.

Que venga tu corazón, aire.
Que venga tu corazón.
Que se lleve la noche enquistada,
que se lleve la luz del sol.

Que venga tu corazón, aire.
Que venga mi corazón.
Siete letras tienes en el aire,
siete tumbas y ninguna flor.

Cuatro letras tiene el aire,
un color
y un adiós.


* * * *

Callaré mi amor por ti.
Lo labraré en silencio.
Lo tallaré en mis huesos
sin huésped.

En mi frío mundo,
donde nunca digo adiós
por dos veces...
Ni por ti, ni por mi;
con la pena de no equivocarme.

Porque tengo el alma llena de juncos,
y besos para mandarte.

Como este inerte poema.
Como este árbol cansado
sobre esta sombra verde...

* * * *
¿Por qué lloras
si en mi ausencia
te doy mi sueño,
la sombra de mí
que aún no se ha cerrado?
¿No me ves?
Ahora que estoy más cerca de ti,
Detrás de este poema sin distancia.
Aquí junto a tus ojos
Sobre el cielo que rapté para equipararlos.

Asómate al viento que traigo,
Viento del Sur,
Calor,
Mi algo...

Quisiera marchar a tu lado,
Pero no me hallo,
Ni me valgo por mí mismo,
Porque sobre el horizonte cabalgo
En forma de clavel y barro.
Porque sólo nos citamos en tu llanto.

* * * *

Fui poeta en tu alma,
Hombre en tu carne ,
Poesía en tu sombra,
Orilla en tu sangre...
¿Por qué en tu silencio
no me llevas ahora?
¿Por qué en tu mundo
no me dejas equivocarme?

* * * *

ENCUENTROS

Tú, y yo,
Pero sólo tú...
Encuentro,
El cuerpo en el que desciendo
Mientras anochece.
En ti.
Sin equívoco,
Mi aire
Diamante
Que dimanas
Y vuelves
Todas las mañanas,
En forma de mañana,
Con futuro o sin él,
Pero donde siempre te encuentro
En forma de mujer.
Con tu corazón de ser
Y de sed.
De volver a empezar por los dos.
A mi encuentro...

* * * * * * * * *

Ya nos toca, mujer
Ya nos toca…
Ya siento el amor
Y mi pecho en tu sombra.

* * * * * * * * *

MUJER

He visto tu alma, sí;
he visto lo que has hecho por mí.

Tú que me has salvado,
Una y otra vez…
Quiéreme otra vez,
Ámame otra vez.
O deja que enferme en tus brazos
Mujer.

El único sitio donde nunca me pierdo,
Cuando me encierras en tus brazos
Y cierras el círculo de tus labios.
Donde no hay resistencia
Ni piedra
Ni tiempo
Ni viento de papel...

¿Será un sueño?
¿Será deseo tal vez?
¿Será que te acercas
y pones mi mano en tu piel?
¿Tu existencia otra vez?

¡Ay si no fuera tierra,
si no fuera hiel...
Ni buscara tus miedos,
Ni encontrara el ayer !

¡Ay si yo fuera piedra
y viento otra vez...!

Me rompería en tu pecho,
Me rompería en tu sed...

¡Ay poesía!
¿Poesía, otra vez?

¿Lo que tú eres...?
¡Lo que tu eres, mujer!

* * * * * * *

AL OTRO LADO DE LA DISTANCIA

Quiero pensar que estás,
Aunque estés al otro lado de la distancia…
En esa distancia que a veces nos separa,
Y hace de un solo cuerpo dos.
Y de dos, dos mil dos que se devuelven al mar.

Quiero pensar que estás
lista ya
Para no equivocarnos,
sin hacernos daño de nuevo.

Quiero pensar en la hoja,
De ese libro que arranqué antes de hora,
En el silencio que habitaba
en nuestros temblores solidarios.
En tus brazos que como poeta he perdido
Y que como hombre pienso adelantarte…
Los míos, van para allá
Como bocanadas de agua,
O en esa flor quemada por este verano
Silenciado y sin causa…

Y quiero adelantarte mi adelanto
Tan adentro como me seas concebido,
De nuevo o como un niño
O como ese pájaro cautivo,
Que espera una mano.
Esa, tu mano, que tiendes y aguantas bajo cero
Con tus lágrimas bajo mis deseos
Que no son otros,
ni de otros.
Si no de estos mis sueños,
Tus ojos,
Por los que ahora desemboco…

* * * * * * *

Nunca aprenderé a abrir las ventanas sin cristal
con las manos atadas a la noche.
Nunca supe contar la tristeza
de otros semejantes.
Ni menos cortarla de raíz.
Ni soñar por ti,
Ni amar sin ti.
Y a veces me rindo,
Y quisiera abrazarme al aire
Y buscar la mitad de ese verbo amar,
O de este hombre que tanto se equivoca en silencio,
Que se transforma en implacable silencio.
Pero vuelvo,
Porque yo, siempre vuelvo sobre el amanecer.
Hacia ti,
Hacia ti, mujer...
Porque deshabitado estoy, si no te asomas a mí.

* * * * * *

No le temo al Sol
ni a los cristales rotos,
porque llevo tu corazón
clavado en mis ojos.

* * * * * *

BLUES DE AZUL

La niña rodó
con sus húmedos ojos.
Los rodó hacia el mar,
en grandes sorbos
de sal y arena
de cristales rojos.
Cuando se miró en el mar,
sin la flor que llevaba,
la niña, que sola vino al agua,
comparó su pena
entre una mano y una lágrima.

……………

Qué lejos está el cielo,
Qué lejos que está !
Qué lejos están los ojos azules sin mar !

Pero tú lo encontrarás.
Sólo tienes que alzar la mirada,
Tú, solo tienes que mirar...

* * * * * *

AL OTRO LADO DE TI

Fui aire en tu viento,
Polvo en tu estrella
Pergamino en tus palabras,
Fui sólo tuyo antes que nada...

Ahora sólo quiero
que te quedes en mi cama,
tú y yo, a solas,
frente a la madrugada.

Si te quedas, serás soñada.
Como esta noche sin madrugada.
Como esta noche blanca...

¿Volverás a mis húmedos brazos...?

Sé que volverás y abrirás esa puerta
que sólo nos separa.

* * * * * *
Todo cuanto sucede en ti
es acto de presagio...

Como esa lluvia con la que empapas mis deseos,
Ese cuerpo al que regreso en forma de viajero,
A esa ciudad, aún tan lejos del mar,
pero tan azul, como tú,
como tu mirada,
como tu alma a la que me acerco,
como este fuego,
como este verano
que como el viento arde
sin aire...

* * * * *

LA ISLA

El alma ni se hereda ni se traspasa.
Mientras los amores caen
Y tornan a levantarse.
A recomponer sus cristales
Azules y rojos
Blancos y negros
En semillas de pensamientos...

Las manos se estrechan
O mueren sin amistades.
El silencio traspasa
Más allá que la vida misma,
Que te lo da o te lo junta
Cuando renacen
el amado y el amante
en una solitaria isla
en carne desencadenada.

Así es la luz
Y el océano que la recupera
Y la vislumbra...

Desde aquí te lo digo,
Desde esta isla,
De círculos de arena,
Mientras las playas se amontonan,
En una y otra sombra,
Y las olas pasan a tu alrededor,
De una en una,
De dos en dos,
Cada mil años
Y sin decir adiós...

Pero volveré a la ciudad,
Volveré,
Volveré a por quien era.
Porque allí descansa mi voluntad y mi batalla.
Volveré,
Aún como náufrago que nada.
Como náufrago que ama,
Como náufrago que era
De aquella ciudad abandonada.

* * * * *

Disculpen...

(y no hagan caso a ésto, no es parte del poema)

Disculpen los demás, soy Nofret, y estoy usando este espacio para enviarle un comentario de su libro a Joseme, es que no hay forma de comunicarnos por mail y en la parte de comentarios no me acepta un comentario tan largo, así que lo pego a cotinuación para él.

Hola Joseme! aquí va mi humilde comentario a tus poesías. No te olvides que no entiendo de estilos ni estoy acostumbrada a leerlas, así que las leí con el corazón.
En general, puedo decirte que, aunque me cueste interpretarlas, son como ciertas pinturas o esculturas, te llega, y a veces no sabes por qué, así que te puedo decir lo que sentí en algunas partes. Me encanta cómo ensamblas todo en metáforas que siempre quedan prendidas a la naturaleza.
Te escribo algunos fragmentos de lo que más me gustó:

A mis tres alazanes negros,
con negros ojos de plata.
Al árbol que no tuve.
A los pechos que se marchan...
A mi dios sin preguntas.
Al adiós sin mitades.
A mis iniciales..."

La imagen de los tres alazanes negros es muy hermosa, a lo que le agregas los ojos negros de plata, que me encantó.
Y el dios sin preguntas, es una imagen muy especial para alguien que no cree en dios. Sería un dios más cercano, casi como un amigo.

Pero yo me acuerdo.
Yo me acuerdo de tu nombre;
y de tu pelo negro,
cuando a la luz de la Luna
se convertía en cuerpo.

Me parece muy bueno definir a la mujer amada recordando el nombre y el pelo negro. Suena como mágico que la luz de la luna se convierta en cuerpo. Dice mucho con pocas palabras.

He visto el mar en tus manos

Este poema, tan lleno de imágenes de la naturaleza, como si atraparas la naturaleza y la incorporaras a ti, a tus cosas, al amor, me gustó mucho.

El adiós

Una gran cantidad de imágenes, a las que siento con cierta musicalidad. Y cada imagen, como contrapuesta a la otra, la enriquece. Imágenes visuales, auditivas. Y el tema del amor y el desamor, que parecen encontrarse.
Dotar a la caracola de carne y sangre, me ha parecido muy original, y me llega de una manera muy especial, que no sé explicar.

DEL AZUL AL NARANJA

Todas las imágenes tienen una sensualidad suave y una cadencia que me gustó.
Cada vez que me sumerjo mar adentro,
rompo en mil pedazos
los tréboles que acaban con los sueños;
con los sueños que comienzan con los barcos.

En una vida a oscuras
cualquier ventana
es una luminaria en potencia

Naufragio de amor
De esta poesía me gustó el tono melancólico, el ver todo como un recuerdo, un viaje a un pasado feliz.

En la soledad de las olas
Me gustó especialmente el final, creo que, en general, me gusta todo lo melancólico y triste, no lo puedo evitar.
"El amor que te dije,
ya es negra paloma...

En las siguientes veo el tema del desamor, del amor perdido o con final triste. Si bien hace muchos años que esos sentimientos están lejos de mí, aún puedo recordarlos con tus versos.

Este me gustó en especial:

Independientemente de nuestras vidas,
de nuestras amenazas,
que por alguna razón,
unas son, y otras no, inscritas
pero abocadas en el libro de las alegorías,
sin todas sus metáforas ...

(Aunque nos parezca mentira,
o todo lo contrario,
la muerte es una de las pocas cosas
que siguen perdurando
durante toda la vida...)

¿ Pero a qué se parece una vida...?
Cualquier vida...
Por ejemplo... La de una hormiga.
La hormiga, no sería tal
sin su circunferencia pacifista,
sin sus círculos circunflejos,
y sin el oso hormiguero, inspirándola,
de por medio.
Claro que, todo ello visto desde el color
más aséptico de los prismas.
El alquimista.

El ruiseñor de los sueños me ha gustado mucho también, especialmente la primera parte:

EL RUISEÑOR DE LOS SUEÑOS

Y en medio de la oscuridad...
¿ Quién calla más ?...
¿ La muerte
o el ruiseñor
que aún no ha nacido ?

Pues yo mismo te lo digo...

Por esa corona de hilos,
que poeta a poeta,
se ha tejido...

Y aquí no vale ni el único,
ni ningún suicidio.

El ruiseñor de los sueños
sobre sus versos galopa.
Suavemente nos mata
o suavemente nos toca...

Me pareció muy original el poema con colores, es un buen recurso para jugar con las sensaciones, así como también los dibujos de las caracolas que aparecen hacia el final del libro.

A mi montaña blanca me gustó mucho por sus metáforas, es muy visual y tiene una cadencia muy bella.

El poema "A LAS 192 VICTIMAS Y MAS" me pareció bellísimo, con un simbolismo de gran fuerza. Al principio no recordaba a qué se refería, pero igualmente puede ser aplicado a tantas muertes sin sentido que ocurren en nuestro mundo.

Este fragmento, creo que me perdí el título del poema, me llegó a mi manera, posiblemente pensábamos en cosas distintas cuando tú lo escribías y yo lo leía, eso es algo que me gusta de este tipo de literatura, que un mismo texto se puede disfrutar aún dándole distintas interpretaciones
.
Yo tuve un perro,
aunque nunca llegué a tenerlo,
se llamaba…
le hubiera llamado…
si hubiera sido un buen amo,
hechizo o centinela.

Para que hubiera ladrado,
como ladran los perros a su amo,
como le ladran
a todas las manos sin amo.

Yo tuve un perro,
o quizás tal vez, ninguna mano.

Yo tuve un perro, o quizás fue un oso blanco,
al que la vida nunca me dejó abrazarlo.

Yo tengo un perro,
aunque nunca llegué a ladrarle,
pero cuando lo llamo, desaparece

EN EL LADO DEL CORAZÓN me encantó, como ya te dije, no sé si daremos la misma interpretación, pero me llegó muy hondo.

Aquí de nuevo me perdí el título, pero es un fragmento que resume un poco lo que veo como un atisbo a lo largo de la mayor parte del libro, la unión del amor, el dolor y la muerte. Podría decirte que le veo un romanticismo muy puro y logrado. Pero no es igual a los poemas románticos clásicos que leí de jovencita, porque éstos son más reales y llegan más, justamente porque son más humanos.

Dormida estaba cuando aún era el viento aroma,
y la noche con su sábana
ahuyentó a la salamandra...
¡Qué muerte sin su infinitivo amor
qué línea sin horizonte,
qué bocado del alma ...!

Murió con los ojos azules,
y con el alma levantada.
¡ Qué gloria más tonta
qué muerte tan clara...!

Quisiera tocarla y no puedo,
para cortarle las alas...
Para que se quedara,
para que no se fuera tan blanca...
De aquí, de su huerto amarillo,
ahora lleno de ortigas saladas...

Pero mi queja es savia,
y esa mitad nos separa...!

Alta es la muerte que no lleva espada...!

La misma sensación me dio "En ausencia de las lágrimas", romanticismo humanizado.

EL CORAZÓN DE NARANJA me encantó, me pareció muy dulce la imagen de la madre bordando con los ojos de agua. Y también los versos "todos sabéis que vivo, pero pocos saben que he sobrevivido"

En Telegrama al cielo, creo captar un cierto humor irónico que me sorprendió gratamente.

Me gustan mucho tus versos al tiempo, eso que tan poco entendemos, este es un fragmento que me llegó especialmente:

El tiempo nos devolvió lo vivido,
lo extraño,
nuestra causa;
lo puramente sencillo,
lo innecesario,
lo divino por respirar juntos
en nuestra arena sin huellas ni playa.

Nos lo devolvió todo,
entero,
sin armas;
sin la roca que muerde a todos los náufragos sin agua.

Así nos lo devolvió el tiempo;
mientras jugábamos
a parar los relojes que nunca creen
en las gotas de nieve blanca.

* * * * *
Detrás de cada mar
hay un grano de mar
que una ola antes fue montaña

Bueno, este es mi pequeño resumen, lo hice tomando trocitos de tu libro que me tocaron el corazón, aún cuando tal vez la interpretación que les dimos pueda ser distinta. Pero creo que esa es parte de la belleza de un texto, ya sea prosa o poesía. Me gustaría saber escribir y comprender la poesía como lo haces tú, pero creo que es un don especial que no todos podemos tener.
Espero que sepas disculpar mi falta de capacidad para comentar o criticar, que no se queda sólo en la poesía, sinto también en la prosa. Sólo puedo decirte que fue todo un placer navegar entre tus letras, encontrando tesoros y cosas que ya creía olvidadas en algún rincón de mi alma.

Te mando un enorme abrazo que cuce el mar que tanto amo, (pero que por desgracia tengo tan lejos) y guardaré tu libro para siempre. Espero que algún día puedas publicarlo y compartir con todos la belleza de tus versos.
Besos
la momia :)

* * * * * * * * * *

Querida Nofret: Anoche, durante el sueño de las Perseidas, no conseguí ver ninguna estrella fugaz. Así que no puede pedirle ningún deseo para alguien muy especial; ni qué menos ponerle tu nombre a ninguna. Y eso que yo no creo en las estrellas, sólo en los corazones que llevan dentro. No vi ninguna en el cielo, pero una (sería la coja) me rozó la frente y fue a caer en mi huerto. Sólo llevaba, aunque llegó desnuda, un viejo pergamino de envoltorio y un poema escrito en la lengua de los corazones que todos debiéramos de conocer y con la misma te lo digo:

A NOFRET

No quiero tierra, ni estrellas,
te quiero corazón y vida.
Fuerza de los pies a la cabeza,
y corazón con la sangre vuelta.

Quisiera verte sonreír
y sin el peso de esa herida,
y que no te pierdas;
para que nunca juntes las piernas
por el camino de la vida.

Quiero verte verde, tan verde como esa orilla
donde navegan los barcos, donde crece la hierba;
donde nacerá esta brisa que cayó sin materia
como un pájaro ardiendo en una estrella.

* * * * * * * *

/Continuación de "Knocking on heaven´s door" o correcto por puerta, Mery.

/Continuación de "Knocking on heaven´s door" o correcto por puerta, Mery.

c) LA LOCA:
Esta acude a facturar, por ejemplo, con un gorrión enjaulado. Por más que se le explique que "Espaner" sólo permite volar con perros o gatos, ella no lo comprende (ni siquiera le interesa) e intenta hacer lo posible por convencerte (como si servidora creara las normas de la compañía). Para más inri, acude a falta de quince minutos para el cierre de facturación, que es exactamente, el tiempo del que dispone para deshacerse del dichoso pájaro, o para que decida si le merece más la pena quedarse en tierra con su mascota. En el último minuto, la buena mujer continúa en las mismas, ya que "Aibiria" (compañía que sí le permitió traerse al pajarraco a la isla), le pide 300 euros por que vuelen ella y "Piolín"; mientras tanto, la touroperadora se desentiende y ella, la pasajera, no es capaz de liberar a "Willy" (o como quiera que se llamara el bicho). Entonces es cuando se desquicia del todo la mujer, la mente se le nubla y te comenta que va a meter el pajarillo en el bolso de mano, comentario que desearías no haber escuchado nunca.
Al final, la facturas haciendo oidos sordos a sus absurdas ideas, mientras no puedes evitar imaginar a la señora en el avión, abriendo la cremallera de su bolso de viaje para que el ave respire un poco, al tiempo que éste, consigue escapar armando la "marimorena" a bordo. Si encima, hay mala suerte (que a veces la hay), "Piolín" consigue llegar a la cabina del piloto, posándose en algún mando clave y causando una tremenda catástrofe (Dios no lo quiera).
Por tanto, en la puerta de embarque, la vuelves a preguntar qué es lo que hizo con su mascotilla, a lo que ella te responde, cómo no, que lo ha regalado...

Lo más cómico de todo: Imaginarse la cara de los vigilantes de seguridad al ver el esqueleto de un pajarillo en el interior de uno de las bolsos de equipaje de mano, en el momento en que la loca pasa los controles.

*****Continuará...*****

Itaca

Itaca

Tenemos proyectos que se marchitaron,
crímenes perfectos que no cometimos,
retratos de novias que nos olvidaron
y un alma en oferta que nunca vendimos.

(Joaquín Sabina)

Martín se fué asi no mas. Dejó de lado su "Itaca" mediterránea y se fue a buscarla a la Patagonia. El amor a su hija pudo más que un dni europeo y un sueldo en euros. Y yo me quedé con un nudo en la garganta pensando en si vale la pena posponer las caricias de mi viejita, las risas de mis hermanos, la imagen de mi viejo por un sueño que no quiere madurar.

"Knocking on heaven´s door "o correcto por puerta, Mery

"Knocking on heaven´s door "o correcto por puerta, Mery

Porque últimamente me pagan por jugar a hacer de San Pedro, eso sí, uniformada, con idiomas, guapeada y con tacones y pendientes de perlas... Siento que tengo la obligación de relatarles algunos detalles de mi tan curioso trabajo.
Sí, no se sorprendan de que me compare con San Pedro, ya que él, se supone que está a las puertas del cielo, decidiendo quién entra y quién no; mientras nosotras, las azafatas o personal de tierra, facturamos a los pasajeros para permitirles, en el posterior embarque, subir allá arriba, a "los cielos". Y sí, llegado el momento o la circunstancia, estamos capacitadas para decidir quién vuela y quién no vuela. Aunque a veces, (las menos), de lo que verdaderamente nos dan ganas, es de mandarlos al infierno, o directamente al cuerno.

Si bien, la mayoría del pasaje lo constituyen personas educadas y simpáticas, que te agradecen abiertamente tu amabilidad, te sonríen o regalan algún piropo sano e inofensivo, no se puede eludir el hecho de que viajar en avión ya no es lo que era, ya que los trayectos aereos cada están cada día al alcance de más bolsillos, perdiéndose por el camino la exclusividad y categoría de las que poseía el pasajero de antaño.
Si me propusiera hacer un listado de los pasajeros, digamos, molestos, nos encontraríamos con:

a) EL LISTO:
Éste lo sabe todo de aviones, sin duda, más que tú (bueno, yo todavía no es que sepa tanto). Éste te pregunta si el avión es un MD o un Airbus, al tiempo que les explica los detalles de las configuraciones de dichos tipos de aviones a sus amiguitos, te exije salida de emergencia, sea o no sea el candidato idóneo a ocupar dicho puesto y no te deja concentrarte en tu trabajo con tanta charla...

b) EL LIGÓN:
Te sonríe más de la cuenta, intenta que la facturación se alargue más de lo necesario, haciéndote preguntitas, mientras la mujer soporta el tirón a su lado, más que estoicamente.
Una vez en la puerta de embarque, la mayor cercanía te permite oler el tufillo a alcohol que desprende.

Frases típicas:"Qué alta eres, en el mostrador no se apreciaba (a ver, señor, si estaba sentada...)"; "bueno, adios, hasta luego ¿eh?, que hasta luegooooo (esa "o" se le queda colgada porque no termina de bajar por el dichoso finger. Es como si esperara a que bajaras con ellos al avión, para así poderle atender también a bordo).

(Hay que decir que lo del alcohol es un poco peligroso en un avión. Éste último podía haberse quedado sin volar.)

CONTINUARÁ...

PAKITO, EL CINÉFILO

PAKITO, EL CINÉFILO

* Dentro de este nuevo tema, Los Cuenteros os iremos subiendo los diálogos que vayamos haciendo en un programilla de radio pa´l que nos han fichao; esperamos que grabéis las carcajadas en un carcaj o en mp3 y nos las hagáis llegar junto a un talón enorme de Aquiles, digo, de dinero.

PAKITO EL CINÉFILO

Cerro - Hola, Pakito.
Pakito- Hola, Cerrito.
Cerro - Nonono, yo soy Cerro, no me llames Cerrito.
Pakito- ¡Ah!, pues entonces yo seré Pako, no me llames Pakito.
Cerro - Pero Pakito... es que tú eres Pakito.
Pakito- ¿Porque soy pequeñito?
Cerro - No, hombre, es un diminutivo cariñoso.
Pakito- ¿Porque me amas?
Cerro - En cierto modo... sí.
Pakito- Pues yo nunca podré amarte a ti, Cerro, soy cinéfilo.
Cerro - ¡Ah!
Pakito- Sí, estoy enamorado de las estrellas de cine.
Cerro - ¿Qué tipo de cine?
Pakito- Porno, por supuesto.
Cerro - ¡Ah!
Pakito- Sí, ése donde las mujeres se desnudan y los hombres se desnudan y todos bailan al son de un tambor indio de Caracas.
Cerro - ¿Y no cogen frío?
Pakito- Ná... tienen estufas.
Cerro - ¡Ah!
Pakito- Sí, y un microondas que dice: "ya tiene usted el café hecho, señora actriz porno".
Cerro - ¡Qué cosas!
Pakito- Pero yo no soy cinéfilo sólo por eso.
Cerro - ¿Hay algo más?
Pakito- ¡Claro! Luego está lo de las metáforas.
Cerro - ¿Metaqué?
Pakito- Metáforas, es cuando sacan un látigo.
Cerro - ¡Ah!
Pakito- Sí, representa la liberación de todos los esclavos del mundo, el fin de los malos días y del trabajador explotado y la libertad de expresión.
Cerro - Claro, por el ¡PLAF!
Pakito- Sí, por el ¡PLAF! que hace el látigo, eso es libertad en toda su expresión.
Cerro - Ya, pero duele.
Pakito- No, hombre, es sólo una película, son efectos especiales, igual que cuando hacen el acto.
Cerro - ¿El acto?
Pakito- Sí, el acto. Verás: una representación dramática se divide en actos y escenas, y ahí los del cine porno, que, además de tener buenas tetas y pollas, son muy listos, pues han decidido hacer escenas y actos, todos muy parecidos, pero distintos a la vez.
Cerro - ¡Ah! Oye, Pakito, ¿tú crees que se puede decir "tetas" y "pollas" por la radio?
Pakito- Claro, pero sólo si lo dices dentro de un contexto, como, por ejemplo, el cine porno, así no es pecado.
Cerro - ¡Ah! Ni tampoco suena el ¡PIII! maldito.
Pakito- No maldigas, que entonces sonará el ¡PIII! maldito.
Cerro - Pss, no maldigas, que entonces no censurarán.
Pakito- Claro, igual que el cine porno, que lo censuran.
Cerro - Pero sólo a veces.
Pakito- Sí, sólo lo censuran cuando tiene un diálogo interesante.
Cerro - Ya, porque estresa.
Pakito- Sí, es que no se puede estar pendiente del acto y de los diálogos a la vez.
Cerro - Pero no podemos hacer nada.
Pakito- Sí, la censura es la censura.
Cerro - Ya, ahí tenemos las manos atadas.
Pakito- Sí, igual que en el cine porno.
Cerro - Pero con ropa.
Pakito- Eso, que nosotros no tenemos estufa que nos abrigue.
Cerro - Ni un microondas que nos llame "Señora actriz porno".
Pakito- Ni látigo.
Cerro - Ni ¡PLAF!
Pakito- Ni grandes tetas.
Cerro - Ni grandes... bueno, mejor me callo.
Pakito- ¡Hum!, sí, mejor no digas nada, Cerrito.
Cerro - Te he dicho que no me llames Cerrito.
Pakito- Vale, te llamaré Juana.
Cerro - ¿De Arco?
Pakito- No, de Ballesta.
Cerro - ¡Andá, como Guillermo!
Pakito- ¿Tell?
Cerro - No, Guillermo Primero.
Pakito- ¿El rey que se puso un vestido inexistente y los niños se reían de él diciendo que iba desnudo?
Cerro - Sí, como en el cine porno.
Pakito- ¡Qué risa!
Cerro - Sí, y qué excitación.
Pakito- Ya ves, y no como con los Documentales de La 2, que sólo producen sopor.
Cerro - Sí, sopor y sueño.
Pakito- Y somnolencia.
Cerro - Como los medicamentos.
Pakito- Y las señoras actrices porno.
Cerro - ¿Te dan sueño las actrices porno?
Pakito- Sí, siempre me dicen lo mismo.
Cerro - ¿El qué?
Pakito- "Vete a freír espárragos".
Cerro - Te confundirán conmigo.
Pakito- Supongo, o contigo.
Cerro - O consigo.
Pakito- O consorte.
Cerro - O convexo.
Pakito- O con sexo.
Cerro - Igual que el cine porno.
Pakito- Sí, pero sin actuar.
Cerro - Y sin látigo.
Pakito- Y sin ¡PLAF!
Cerro - Eso, sin ¡PLAF! ni libertad de expresión.
Pakito- Va a ser que tienes razón, Cerro.
Cerro - Sí, puedes llamarme Cerrito si quieres.
Pakito- Es que ya no puedo.
Cerro - ¿Por qué?
Pakito- Porque soy cinéfilo.
Cerro - ¡Ah! No me digas más.
Pakito- Vale, hasta luego, Cerro.
Cerro - Hasta luego Pakito.

De nuevo yo

De nuevo yo

Dicen que el desamor es cadena
de eslabones y ojos, de noches en vela
condena los ánimos de buena mañana
a la noche rancho de recuerdos duros y agua
Dicen que ni versos ni latidos pueden quebrarla
que tan solo otro pelo llega a oxidarla
maldicen a los labios que quieren venderlas
y por palabras pequeñas alquilan el alma
Cobardes los pechos que no saben lucirlas
ya marchitó el frío, adiós camisa de once varas
cada caricia que olvido es una pena amansada
lamen mis manos de nuevo limpias de ganas de tocarla
El corazón da palmas a la noche que acaba
por la mañana nuevos rayos tocan la guitarra
la ceniza se burla de la llama que quiso quemarla
la suerte desbroza perdidas camas
risa ríe de quien dijo que los sueños se vuelven legañas
los colchones amanecen con mantas empalmadas
Que tiemble la luna si ya no aúllo por perderla al alba
rueda el sol, este perro ahora a la sombra le ladra
Niña, ya soy tan fuerte que con una mano levanto mi cabeza
y con la otra aguanto tu mirada.

De qué sirve

reposar en la tristeza
si en esa angustia/tranquila
nadie descansa.

De qué sirve
sellar en nuestros ojos
un techo
y dibujar en él
paisajes
que ya no
nos corresponden.

De qué sirve
gritarle a tus oidos
y apoyar el hueco
en un rincon abandonado.

De qué sirve
caer
en alfombras de espino.

En
realidad
esta
puta
sociedad
muere
tan
sola

Dime si aún me quieres

No y ya no me suele dar por escribir cosas alegres
No sé que pasa que al lápiz le ha dado
por enmarañarse entre sonrisas y de tan quieto
a las arañas sin maquillar
les queda cara de papel en blanco
Y yo a ojos rojos
de blanco tan sólo tengo la desesperación
hija del corto romance entre la soledad y mi mano
a párpados dormidos
Y ahora sin extasis ni alegría
tan sólo queda maceta y cultivar abono
para que vuelvan a mi lado
caricias y moscas

Desengaño

Desde mi concepción se esperaron grandes cosas de mí. Aún recuerdo lo radiante que solía verme, joven e imponente. Nadie quedaba indiferente ante mi porte y belleza. Grandes logros vaticinaba de mi vida que apenas empezaba: prestigio, viajes, fiestas, rodearme de gente importante. Esa fue, creo yo, la causa de mi desgracia. Jamás dudé que todo era posible para mí, ni por un minuto dejé de creer que mi vida sería larga y productiva, llena de aventuras, llena de éxitos. Fue por eso que no dudé en devorar el tiempo, en correr más de lo que debía. Me creí (o me hicieron creer) infalible, inmortal.
Nunca hubiera imaginado que mi existencia sería tan breve como un suspiro, y que pronto me sumiría en la peor de las tragedias. ¡Cuánto brillé! Pero qué corto fue. Y, por tanta expectativa, por tanta fantasía pueril sobre mi fulgurante futuro, mi caída fue aún más estrepitosa. No podía aceptar que me estaba hundiendo en el medio de la nada, en un mundo congelado. Grité por ayuda, pero nadie respondió. Sé que hubo quien me oyó, pero mis gritos fueron ignorados. Nadie creyó que, justamente yo, podría necesitar que me socorrieran. Resistí cuanto pude, pero finalmente me quebré y me hundí en la más profunda oscuridad. Cuánta vida esperé, cuánta vida desperdiciada. Hasta mi nombre me quedó grande, tristemente ridículo, patético en su ironía: Titanic.

Invocación

Arropada por la oscuridad y el silencio de mi habitación , dibujo un círculo de deseo y floto en él mientras tu nombre me abraza despacio y yo me desnudo , invocándote . La urgencia que nos empuja se transforma en caricias que se enredan en el alma y atrapan la memoria , dilatando los instantes que nos separan del éxtasis mientras el círculo se estrecha sobre nosotros ahogándonos hasta faltarnos la respiración. No sé si el estallido que nos estremece es el comienzo del placer o el fin de la tortura. Vivo suspendida en un mundo sin tiempo que sólo yo sé que existe.

...

"-¿Me estoy muriendo?
-Sí, hijo.

.................

-¿Por qué le dijo que se moría?
-Todo hombre merece saber la verdad al menos una vez en su vida.
-Debe de ser terrible morir asustado y solo.
-Muy pocos tienen la prudencia o la posibilidad de elegir otro tipo de muerte.
-Es usted muy elocuente pero dice cosas terribles.
-Es la historia de mi vida; aprecian la forma pero les asusta el contenido.
...............

-El no necesitaba saber la verdad, necesitaba consuelo."

Gringo Viejo. Carlos Fuentes.

LA MORDIDA DE LO AUSENTE

LA MORDIDA DE LO AUSENTE

A susurrar las musas madrugaron
dejando en cada verso una sonrisa.
-¿Es gozoso, es dolor, es una brisa,
decir lo que se siente? -preguntaron.

-Si el recuerdo de amor está presente,
beberlo y degustarlo -les contesto,
es soñar, es prisión, es sufrimiento,
es sentir la mordida de lo ausente.

Si amarte hasta morir yo no he podido,
concédeme el placer de conocerte,
pues siento el vacío del que no tiene

la imprudencia, el arrojo del bandido,
el celo, la ceguera del amante
y el cimiento que todo lo sostiene.

Texto basado en imagen

Texto basado en imagen

Este es un texto inspirado por una imagen, el de Pelusa también lo fue (si gustan saberlo, el culpable es Jimul!) :P
(las imágenes que puse son similares a las que él propuso, aunque no son las mismas porque no sé cómo pegarlas acá)


Un día muy importante

Valeria se fue a la cama más tarde que de costumbre ese día. Sin embargo, no conseguía conciliar el sueño. Su jefe le había prometido un importante ascenso si lograba cerrar el trato con los japoneses en la compra de los terrenos a su cargo. Y mañana era el gran día. Ya tenía todo planeado, cómo iniciaría la charla, debería sonar segura y relajada. Luego, sutilmente se aseguraría de mostrarles a los extranjeros todas los beneficios que el negocio les acarrearía. Y finalmente, pactaría el precio. De eso dependía todo, de que lograra un buen precio.
Estaba casi segura de que lograría cerrar un buen negocio y, aunque no quería hacer planes aún, no podía evitarlo y por momentos su mente divagaba imaginando lo que sería su vida como vicedirectora de la sucursal más importante de la empresa. No había sido pura suerte, si bien un tío bien posicionado le había conseguido el empleo once años atrás. Había estudiado administración de empresas durante ocho años, se había graduado con honores gracias a todos esos años de estudios agotadores, sin permitirse distracciones que la alejaran de su objetivo. Había hecho cursos de post grado hasta llenar un largo currículum que le había permitido, finalmente, estar a los treinta y ocho años a punto de convertirse en vicedirectora de una de las empresas más importantes de la región. Valeria se hallaba con su autoestima por las nubes. No podía dejar de felicitarse a sí misma por todos esos años de duro trabajo y por su férrea voluntad. Ya habría tiempo luego para formar una familia y todo eso que tan sin cuidado la había tenido hasta ahora. Ya lo había hablado con su novio, y ambos estaban de acuerdo en esperar a lograr el mayor éxito posible en sus carreras antes de casarse. Sabía que el reloj biológico corría y ya no le quedaba mucho tiempo para la maternidad, pero ni ella ni su novio tenían objeción a la adopción. Y, con su situación económico-laboral, sabía que no tendrían problema en conseguir un bebé tan rápido como quisieran.
Todos los detalles del trato con los japoneses ya estaban tan pulidos que no había absolutamente más nada que pensar, así que decidió ocuparse de cosas menos importantes, y algo más gratificantes, como la ropa que usaría al día siguiente. Con los ojos abiertos como dos huevos, y sin el menor atisbo de sueño, se levantó de la cama. No, la falda marfil era algo corta, la azul marino le daría un aspecto más serio, y combinaba perfectamente con la camisa blanca que había lavado y planchado tan cuidadosamente. Se dirigió al ropero, sacó la falda azul y la llevó a la cocina para plancharla. Mientras repasaba cuidadosamente la fina tela, no pudo evitar una sonrisa: seguramente, sería una de las últimas veces que se ocuparía de las tareas de la casa. En cuanto recibiera su primer sueldo de vicedirectora, contrataría una empleada para tales menesteres.
Pero no podía sacarse de la cabeza a los condenados chinos... o japoneses, lo que fuera. Le preocupaba que el traductor no cumpliera bien con su trabajo. Había hablado con él reiterándole hasta hartarlo la importancia de traducir sus palabras con la mayor exactitud posible. Sintió el impulso de un llamado nocturno a Enrique, su novio, para una última conversación antes de su gran día. Miró el reloj: la una y cuarenta de la madrugada. No, no podía ser tan pesada, lo llamaría al día siguiente, cuando ya todo estuviera arreglado. Un escalofrío recorrió su espalda ¿y si salía mal?¿Y si los japoneses no aceptaban el trato? Valeria sacudió la cabeza, y oyó un ligero cric en su cuello. Tenía que relajarse un poco. Llenó la bañera con agua bien caliente y se sumergió, sintiendo todo su cuerpo aflojarse como una gelatina. El suave temblor de sus manos desapareció y, finalmente, se sintió lista para dormir lo poco que le quedaba de noche. Su cuerpo se acomodó en las sábanas de raso y, a los pocos minutos, cayó en un profundo sueño.
El despertador no fue necesario, Valeria ya estaba despierta media hora antes de que sonara. Luego de repasar por vigésima vez todos los papeles y documentos y acomodarlos en su portafolios, se tomó una hora para maquillarse cuidadosamente, acomodar su cabello y vestirse, decidiéndose finalmente por la falda marfil (nada le quedaba mejor). El teléfono sonó justo cuando se disponía a salir.
-Hola, Vale ¿ya vas a ver a los ponjas?- sonó la voz de Enrique en el teléfono.
-Estaba saliendo... - respondió algo nerviosa, lo último que quería era llegar tarde.
-¡Ah!, bueno, ¿salimos a cenar esta noche?
-No sé, esperá, dejame ver cómo sale todo... - su novio había logrado ponerla más nerviosa de lo que ya estaba. Él lo captó enseguida y la dejó en paz con su estrés.
-Bueno, después llamame, beso, chau.
Valeria se subió a su auto y manejó lo más aprisa que pudo hasta el lugar; a pesar de todos los recaudos tomados, iba quince minutos retrasada.
Por fin llegó al sitio acordado, y le volvió el alma al cuerpo al ver que los extranjeros aún no habían llegado, pero reconoció enseguida el auto de Juan, el traductor.
-Ya creía que no llegabas... - le dijo el hombre sin enfado. Eran buenos compañeros.
-Sí, no sé qué hice, se me pasó la hora...
-Mirá, me parece que allá vienen...
Un flamante Mercedes estacionó cerca de ellos, y de él bajaron cuatro japoneses vestidos de impecables trajes y tan acicalados que, uno de ellos, hasta logró impactar a Valeria en una forma que no lo hubiera imaginado.
-No está mal el ponja.... - pensó risueña, pero enseguida sus instintos desaparecieron, dejándola nuevamente presa de sus bien disimulados nervios crispados.
Luego de los correspondientes saludos, se dirigieron a los terrenos y Valeria comenzó, con su más segura y agradable expresión, a dar el discurso introductorio, mientras Juan traducía en las pausas, cuidadosamente estudiadas.
Bastante molesta, notó de pronto que uno de los extranjeros no le estaba prestando la menor atención, en vez, miraba hacia el cielo como un idiota. El tipo seguía mirando, y dijo algo en japonés a uno de sus compañeros, que también se puso a mirar para arriba.
-¿Qué dice?- preguntó exasperada a Juan por lo bajo- ¡No me están dando ni bola!¡Estos chinos son más raros que....

Al día siguiente, una pequeña noticia en el diario, en la sección de curiosidades, informaba la caída de un aerolito de enormes dimensiones en unos terrenos vacíos.
Tres días después, un titular en primera plana anunciaba que los cuerpos de cuatro empresarios extranjeros y dos locales, que eran intensamente buscados desde hacía dos días, habían sido hallados bajo el aerolito.

Cállate un rato

No, no intentes engañarme, que cuando vimos Candyman no te lo creíste, no digas ahora que pronuncias mi nombre tres veces en el espejo para ver si me da por asomarme. Sólo porque sea malo en matemáticas no me voy a creer eso que dices que tu boca + mi boca= a un beso, ni que si un día me dio por entrelazar mi mano con la tuya era porque mis dedos estaban enamorados, no, eso no puede ser verdad, más tiempo he estado agarrando a este cigarro y al mechero, al vaso de horchata y a ese pedazo de pollo que no me conseguiste quitar ni con palanca .Aunque les tengo cariño a todas estás cosas sé que no las quiero más de lo que a ti te quiero. Para de decir a la gente las cosas tan bonitas que te susurraba, que mucho antes dije “mamá“, luego “papᔠ, después “galleta” y ahora “olvídame” . Quien tiene boca se equivoca, quien tiene boca puede haberte llamado sin saber la que le esperaba. Y por favor, deja de pensar que en mi cama me atormenta tu sombra que ya he abierto de par en par las ventanas y ahora en mi lecho a veces hay aire, a veces hay otra. No vayas contando por ahí que te he regalado un chalet en primera línea de mis pensamientos que sólo construí chavolas y tu eres demasiado señorita para meterte en ellas. No. Y no se como puedes decir que todo lo que bebo es porque ya no estás conmigo, risa me da, corre, ves y háblalo con mi hígado, seguro que te escupe bilis y todo, que él ya estaba en mí antes de que tu existieras y antes de que yo supiera que existiera , preparando contenciones para cuando me diera por hacer de luna y subirle la marea. No sé como puedes estar convencida de que los escribas aprendieron su oficio solo para enseñarme y que pudiera escribirte poemas un rato, ni como puedes decir que estoy tan triste porque ya no te abrazo si mis brazos son lo más feliz que tengo. No, no intentes engañarme, no me digas que romper un espejo trae siete años de mala suerte que ayer destrocé el mío cansado de que intentaras usarlo de teléfono, no, no me digas eso, que si es verdad tendré que irme preparando, para cumplir tan nefasta profecía me va a tocar volver contigo.

Insomnio

Una noche más me abrazo a tu recuerdo intentando conciliar e! sueño y sabiendo que mi noche se poblará de monstruos . Una noche más noto cómo el fantasma de tu presencia que ayer llenaba todo se va desvaneciendo , escapando de las palabras con que intento atarlo a mí una noche más , un día más , unas horas más , unos minutos rnás , unos segundos más ...instantes que alargo con ios ojos cerrados mientras repito para mí tu nombre como una letanía , sin atraverrne a llamarte a voz en grito , secuestrada la razón por el pavor de imaginar, de suponer, de creer, de saber que no responderás a mi llamada .Una noche más aprieto los ojos y la mandíbula hasta hacerme daño obligándome a no llorar, a ser fuerte poco a poco , despacito , a plazos cortos , otro segundo , otro minuto , otra hora , otra noche , otro día , otra semana , otro mes , otro año . Una noche más acaricio sin darme cuenta la almohada buscando el calor que hace tanto huyó de mí, y siento mis manos tan vacías que duelen .Una noche más una lucidez aterradora , estigma con que el insomnio maldice a sus elegidos , me susurra al oído lo absurdo de rni vida , me permite observar el fondo de mis propias entrañas travistiendo los recuerdos de lo que nunca fue en imágenes deformadas de lo que nunca podrá llegar a ser, instantáneas que repiten una y otra vez , inmisericordes , lo peor de mí, lo que querría dar por acabado y que continúa como una pesadilla de la que ni tan siquiera me queda el consuelo de poder despertar porque estoy tumbada en mi cama , despierta y abrazada a un maldito fantasma no perder lo único que rne recuerda que estoy viva : un dolor que me consume y un miedo terrible a olvidarte.

La verdadera Pelusa

La verdadera Pelusa

Ella es la verdadera Pelusa, está bastante más arruinada y vieja que el elefante de la foto que ilustra el texto, pero ya que encontré su foto, no quería dejar de presentárselas. :)

La elefanta Pelusa

La elefanta Pelusa

La elefanta Pelusa tiene más de cincuenta años, vive en el zoológico de mi ciudad y ha estado ahí desde que puedo recordar. Siempre ha estado sola en su corral, y tal vez es por eso que le gusta llamar la atención: un día le quitaba la cartera a una señora descuidada y la estiraba como un chicle, otro nos mostraba cómo podía elongar un neumático hasta el doble de su largo con la fuerza de un coloso; pero lo que más disfrutábamos los niños, era llenar su trompa con comida. Y ella no se hacía rogar, apenas algunos visitantes se acercaban a su cerca, comenzaba a pasear su trompa como una mano enfrente de todos, juntaba lo que le dábamos y se lo llevaba a la boca, lo que para mí era increíblemente sorprendente. Me llevó años entender que la trompa era la nariz y no la boca. A Pelusa también la alimentó mi madre de niña, y muchas veces me he preguntado qué tan cierto es eso de la memoria prodigiosa de los elefantes ¿Se acordará de mi madre niña? ¿Me reconocerá a mí ahora? Y más atrás aún ¿Se acordará de África?¿Sabrá Pelusa que, a su edad, ya debería ser la matriarca de un grupo de hembras viajando por las sabanas africanas?¿Recordará su manada?
Ahora, después de cincuenta años, finalmente se han dado cuenta que un elefante no puede comer pan ni galletitas, y han colocado una segunda cerca para que la gente no pueda alimentarla. Pero Pelusa no lo sabe, y continúa paseando su trompa pidiendo comida, aunque ya no puede alcanzarnos. A veces me fijo en su ojo rojo y extraño, que apunta hacia mí como un cíclope. Y vuelvo a preguntarle en silencio ¿Te acuerdas de mí, Pelusa?¿Te acuerdas de una niña parecida a mí, hace medio siglo?¿Te acuerdas de África?
Pelusa pestañea y sus pestañas son tan largas que le cubren todo el ojo, que se clava rojo en los míos. Intento leer en él, pero tal vez me equivoque. Porque la última vez que miré, creí ver a una niña que era yo, alargándole un pan de los que mi abuela guardaba en la cocina, a otra parecida a mí, usando un vestidito de los años cincuenta y, mirando más profundamente, a un tigre y a un guerrero zulú, brillando lejanos en su ojo de fuego.

Soy malo

Soy un escritor malo...
(Ya estamos)
A ver, no es que sea un escritor malvado... Vuelvo a comenzar: Soy un mal escritor...
(El título, eso es lo que despista, claro... mecachis)
En fin, que soy un mal escritor. Diría aún más, diría que soy pésimo, pero no lo digo por caridad. Por autocaridad, que no tiene nada que ver con los autocares... creo. En fin, por eso digo que no digo lo que no digo, por pura caridad hacia mí mismo...

Yo quería escribir esto en forma de poema, pero trato de rimar y oigan, ni en asonante. O voy y rimo perro con berro, muy bien, pero luego no sé qué hacer con el berro (no me emocionan especialmente los berros, ni los perros, a decir verdad, pero al menos perros pueden dar más juego, no sé, morder a alguien, o no tener rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado). Por otra parte, si me pongo a contar sílabas me mareo. No es coña. Lo juro, una vez intenté un soneto y acabé en urgencias. Y, por supuesto, si me da por el verso libre, como he hecho en ciertas ocasiones, me dirán que qué necesidad tengo de mutilar de esa manera a mi prosa, si ya es bastante mala sin ese castigo. (No dejan de tener razón) En fin, que mi poema lírico “Soy malo”...
(Pero qué mal título, leñe)
...que eso, que mi poema jamás podrá ser. Si fuera mejor escritor... Pero para qué pensar en eso: soy malo y no hay que darle más vueltas. Yo sé que soy mal escritor, mis amigos y mi familia también lo saben. Ellos son buenos (no digo buenos escritores, que alguno lo será, seguramente, sino que son buenos conmigo, o dicho de otra forma son, respectivamente, buenos amigos y buenos familiares). En fin, son buena gente y tratan de no animarme demasiado en mi carrera de mal escritor, incluso intentan desanimarme un poquito (es por mi bien, lo sé), pero al mismo tiempo procuran evitar (y ya es mérito) herir mi orgullo. Me dicen cosas cómo: bueno, sí, no está mal, muy bonito, y oye, dime, ¿ya encontraste trabajo? Y yo pregunto si esto de escribir no es trabajo, y se quedan un poco cortados y me dicen que bueno... que sí... pero... Y la verdad es que comprendo perfectamente, y acabo confesando que no, que aún no encontré trabajo, pero esa es otra historia (ahora sólo quiero hablar de mis fracasos como escritor). La cuestión es que cuando me dicen bueno, sí, no está mal, muy bonito, y oye, dime, ¿ya encontraste trabajo?, yo sé que están pensando por qué me torturas haciéndome leer estos bodrios infumables, qué te habré hecho yo, pero como son buena gente no lo dicen. Todo un detalle. De todas formas, de poco sirven los disimulos, yo sé que soy mal escritor, y desde que lo sé nada podría dañar un orgullo del que carezco. Yo soy ese hortera que escribe cosas que a nadie le interesan, como por ejemplo poemas (sin rima o mal rimados) de amor (es decir, cursis) a la novia...
(Bueno, en realidad suelo ser ese hortera que escribe poemas de amor por si acaso se echa novia, cosa poco probable porque ¿quién querría compartir su vida con un escritor tan deficiente? Pero bueno, tampoco se crean, que no todas se dan cuenta de que soy un mal escritor a simple vista, y feo no soy, aunque tampoco guapo, y la falta de orgullo es un punto, así que llegué a dedicarle poemas a un par... recuerdo una preciosidad que se dedicaba a hacer críticas literarias, claro, en cuanto le escribí el primer poema me dejó y lo peor es que tengo que reconocer que fue una decisión acertada, pues el poema era ofensivo de tan malo, pero me estoy enrollando y esa es otra historia...)

Sí, tengo bastante asumida mi condición de mal escritor, aunque mis amigos y mi familia, tan amables siempre, quieran animarme haciéndome creer que sólo soy mediocre. Pero no, soy malo malo, ya lo están comprobando ustedes. Y quizá no sea tan malo esto de ser mal escritor, porque así uno evita que se le suba a la cabeza aquello de ser un buen escritor.
Sí, sí, todo hay que decirlo, muchos buenos escritores (si me atreviera a decir que la mayoría, diría incluso que la mayoría, ea) acaban siendo unos petulantes. Después de unos cuantos libros maravillosos, frescos, originales, estupendos y que hacen las delicias de los lectores más exigentes, van y se arrancan con algún mamotreto incomprensible. Y claro, lo peor viene cuando uno dice que estaban mejor las obras anteriores, porque entonces es cuando los excelsos literatos (qué bien que me ha quedado eso de excelsos literatos, seguro que hay más de uno mordiéndose las uñas y pensando, ostras, soy un excelso literato, qué rabia, con lo mal que suena...) digo que los excelsos literatos entonces se lamentan amargamente de los lectores tan deficientes que tienen, de lo incapaces que son de comprender sus auténticas profundidades que se reflejan, naturalmente, en aquella que llaman con cierta afectación su obra de madurez, y no en esos otros libros anteriores, tan “convencionales”. Claro, son unos incomprendidos, y entonces se ponen a escribir como locos ensayos de crítica, donde dan a entender:
Que saber apreciar ciertas obras literarias no tiene tanto que ver con el gusto como con la capacidad intelectual del lector.
Que ellos mismos son las personas idóneas para juzgar no sólo las obras literarias (que eso por supuesto, para algo son excelsos literatos, mira que me ha gustado eso de los excelsos literatos), sino también para juzgar a los que osan entrar en su terreno y juzgar obras literarias.
Que son unos genios incomprendidos.
(Y quizá, en un arranque de generosidad, pueden también dar a entender que algún otro escritor es un genio incomprendido, suele ser un amigo).
En fin, que acaban siendo unos insoportables, los buenos escritores...
Visto así, no es tan malo ser malo. De hecho, también tiene sus satisfacciones, como saber que algún día los malos escritores saldremos de las cloacas (y entonces sí seremos malos de verdad, malos de malvados con los cuchillos relucientes y amenazadores en nuestras manos) para cortarles los testículos a todos los escritores buenos (y ya se nos ocurriría algo para las buenas escritoras), y después volveremos a las sombras, a revolcarnos en la inmundicia, el ripio, la cursilería, el error y la obviedad... ¡Y lo a gusto que nos habremos quedado!

En fin, yo sigo adelante con mis afanes de mal escritor, porque sí, porque me da la gana, porque escribir es mi vida y esto sólo sé expresarlo con un tópico como “escribir es mi vida”, porque, en fin, es mi destino ser un escritor malo. Y que se anden con ojo los buenos, que ya le estoy sacando brillo a mi puñal...

(Toma final efectista, si es que soy un primor de escritor malo...)

Gabriel

Gabriel

El día de su ochenta cumpleaños, como todos los días, Gabriel tomó su desayuno en su terraza, vestido de lino y zapatos impecables, ambos blancos.
Después, Gabriel lo recogió todo y se marchó, vivía en un pueblo a penas cinco kilómetros de Sevilla, en pendiente hacia ella, caminó dejándose ir por la pendiente, como llevaba haciendo quince años.
Como tenía por costumbre, fue al ambulatorio, lo hacía desde que su mujer murió. Un amigo y vecino suyo le había recomendado que fuera al médico para que le viese la garganta a causa de un resfriado.
Finalmente, tras diez minutos de camino, el anciano llegó al consultorio, entró en él, se dirigió a la sala de espera que se encontraba junto al despacho de su medico y se sentó en una vieja silla que estaba en un sucio rincón.
Andrea era la doctora de Gabriel, una mujer de cuarenta y cinco años, y llevaba como doctora en aquel pueblo quince años, uno de sus primeros pacientes en aquel lugar fue Gabriel, desde entonces él iba todos los días a que le atendiera, pero solo la primera visita fue con una verdadera enfermedad, Gabriel, se hacía el enfermo, para ver a Andrea, quien siempre le decía:
-Don Gabriel, nos enterrará a todos…tiene muy buena cara y no le veo nada.
A lo que él siempre respondía-Pues me duele aquí, y en este otro sitio-Decía señalando cualquier lugar del pecho o el cuello mientras la miraba.
Aquel día, cuando llegó, recordó el primer día que la vio, aunque apenas llevaba meses muerta su mujer, se había vuelto a enamorar. La doctora pensaba que era un viejo hipocondríaco, él nunca le dijo que la amaba, es más, le hablaba de su esposa en presente. Gabriel moriría años después pensando solamente en Andrea y solo en la habitación de un hospital.
Quedaba una media hora para que le tocase entrar, el anciano vio a Andrea entrar en la consulta después del descanso para el desayuno, le saludó y ella correspondió con una sonrisa y unos buenos días.
Al entrar en su despacho Andrea se volvió a su compañera, y le dijo:
-¿No se cansa Don Gabriel de venir todos los días? Ya empiezo a pensar que no solo es hipocondríaco sino que además está loco!
-No me extrañaría nada, lleva viniendo quince años de lunes a viernes, pero no hace daño a nadie, a veces creo que viene por estar con aire acondicionado-dijo Maria.
-A lo mejor es eso, haz pasar al siguiente por favor-respondió Andrea dando por zanjada la conversación.
Gabriel estaba hablando con un conocido que vivía en su calle cuando María lo llamó a consulta:
-Don Gabriel puede pasar-le dijo.
-Voy-dijo el hombre, y entró en su consulta.
-Buenos días.
-Buenos días-respondieron al unísono Andrea y Maria, la doctora se levantó, se acercó a Gabriel, y le dijo-siéntese en la camilla por favor, y déme su cartilla medica.
Gabriel le dio su cartilla, Andrea la puso en la mesa de Maria y dijo:
-Ahí tienes- y se volvió a su paciente- ¿que le ocurre?
Gabriel, que no la había dejado de mirar a la cara, le respondió- me duele aquí y en este otro sitio.
Y como siempre se decían- don Gabriel, nos enterrará a todos…tiene muy buena cara y no le veo nada.
-Pues me duele aquí y en este otro sitio.
Maria dijo mirándolo al rostro-se le ve feliz, se nota que quiere mucho a su esposa.
-La quise así desde el primer día, es una gran mujer.
- Se nota, lo cuida muy bien-dijo Andrea riendo.
-Si…-dijo Gabriel sin dejar de mirar a Andrea-siempre lo hizo.
Maria le devolvió la cartilla médica y le dijeron las dos-hasta mañana don Gabriel.
-Adios-se despidió él.